"Quiero que todos recordéis esto: Si cada vez estás más callado, más en paz, más tranquilo y calmado, eso es una señal inequívoca de que vas por buen camino. Si, por el contrario, cada vez te encuentras más incómodo, tienes más ansiedad, más angustia, sientes que te vienes abajo, eso es una señal inequívoca de que te has perdido.
Quiero que tú misma te acuerdes de este criterio, porque es fundamental. No viene impuesto desde el exterior, no es arbitrario.
Si observas las señales -silencio, dicha, una especie de paz que manifiesta comprensión-, podrás verlo muy claramente y no necesitas preocuparte en absoluto; estas cosas sólo pueden darse cuando vas por el camino correcto. Nunca suceden si te has perdido.
Si te sientes desgraciada, insignificante, si tu vida no tiene sentido, si no tiene música, poesía, si está estancada, si es una carga, son síntomas evidentes de que ya no vas por el buen camino.
El camino correcto es como acercarse a un hermoso jardín. Puede que no lo veas, puede que todavía no esté en tu campo de visión, pero sientes la fragancia, empiezas a sentir el aire fresco, empiezas a oír a los pájaros cantando en los lejanos árboles. Todo está más verde, más vivo, vas acercándote al jardín.
Pero si todo está seco, inerte, si los árboles están desnudos, no tienen hojas, no tienen flores, si el camino es cada vez más polvoriento y sin frescor -y sientes el calor y la transpiración-, podrás saber que estás yendo hacia el desierto.
Eso es exactamente lo que ocurre en tu mundo interior. Hay un desierto llamado "mente", y un jardín llamado "corazón".
Si te diriges hacia el corazón todo está bien, porque el corazón es el puente hacia tu ser. El corazón no es la meta, pero es una clara señal de que has dejado la mente a un lado, de que has dejado el desierto atrás.
El corazón actúa de puente uniendo la mente con el ser. A medida que avanzas por el camino del corazón, las cosas se vuelven más bellas, más cariñosas. Te rodea una nueva energía, una nueva vida, como si fueses rejuveneciendo en cada instante".
Osho, No tienes nada que perder. En el camino hacia la verdad, la conciencia y la felicidad
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