Un día una de las personas que le visitó, le preguntó: –¿Cómo es posible que tenga tanto trabajo si está solo en medio de la nada?

El visitante miró alrededor esperando ver algunos animales, pero no vio a ninguno.
–¿Y dónde están todos estos animales? Preguntó.
Entonces el ermitaño le dio una explicación que enseguida comprendió: –Estos animales, están en nosotros, los tenemos todos los habitantes de este mundo.
Los dos halcones, que son mis ojos, se lanzan sobre toda presa, sea buena o mala y tengo que domarlos para que sólo se lancen sobre la buena.
Las dos águilas, que con sus garras hieren y destrozan, son mis manos y tengo que entrenarlas para que se dediquen a servir a los demás y para que ayuden sin herir.
Los conejos, que son mis pies, siempre quieren ir a donde les plazca, huir de los demás y esquivar las cosas difíciles y tengo que enseñarles a estar quietos aunque haya sufrimientos, problemas o cualquier cosa que les cause disgusto.
Aunque es más difícil vigilar a la serpiente, que es mi lengua, porque aunque se encuentra encerrada en una jaula de treinta y dos barrotes, apenas se abre la puerta, siempre está lista para morder y envenenar a todos los que la rodean. Si no la vigilo de cerca, puede hacer mucho daño.

Y finalmente necesito domar al león, que es mi corazón. Él quiere ser el rey, quiere ser siempre el primero, es muy vanidoso y orgulloso.
¿Te das ahora cuenta del gran trabajo que tengo?
ViT@MiNaS PaRa eL AlmA®
Dra. Gladys Bessi
REIKI MASTER USUI
MAGNIFIED HEALING MASTER
BS. AS. - ARGENTINA
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2 comentarios:
Bonita historia. Y muy cierta.
Pranam victoria
Preciosa Historia amiga Betty.
Te dejé un regalo en mi casa. besos
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